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LOTE 32

Escuela novohispana. México. Siglo XVII.

Estimación
18.000 € / 25.000 €

Remate: 18.500 €

Escuela novohispana. México. Siglo XVII.
“Retratos de Alejandro Magno y Mío Cid Campeador”
Pareja de óleos sobre tela.

180 x 102 cm cada uno.

 

Curiosa pareja de retratos de personajes históricos, posiblemente encargados por un emigrante militar castellano, que los admiraba y encargó para su villa, casona o palacete.

Con pincelada rígida, pero detallista y personal en cada uno, el autor de escuela mexicana plasma rostros más indígenas que propios de los retratados; y sus corazas, también más propias del tiempo del retrato que de los atuendos reales que llevarían ambos. Designados en ambos lienzos de gran formato con sus nombres, Alejandro Magno, y Osid (abreviatura de época de Mío Cid) reflejan el triunfalismo hierático e imponente de ambos capitanes, generales y conquistadores.

Los retratos corresponden a la tradición pictórica virreinal desarrollada en la Nueva España durante el siglo XVII y vinculada a la producción de retratos oficiales y representaciones heroicas, mezclando influencias europeas con una reinterpretación local de los códigos de poder, así como a la necesidad de legitimar el poder y la historia de la monarquía hispánica en América.

Un retrato de Hernán Cortés de autor anónimo que se conserva en el Museo de las Culturas de Oaxaca presenta al conquistador con una armadura ricamente decorada, sosteniendo un bastón de mando, en un formato que lo asocia con los retratos reales de la Casa de Austria. Dicho retrato comparte similitudes técnicas y estilísticas con los dos retratos que presentamos, que posiblemente parten de una serie mayor de personajes históricos y mitológicos.

Las tres pinturas comparten una composición solemne con los personajes de pie, ataviados con armaduras que evocan poder y autoridad. La iluminación proviene de un foco principal que acentúa los brillos metálicos de las armaduras y los rasgos faciales, generando un dramatismo característico del barroco y sugiere la influencia de la retratística cortesana española del siglo XVII, donde la representación del poder se manifestaba a través de la ostentación textil y militar. Alejandro Magno es representado con una armadura dorada ornamentada con cabezas leoninas en las grebas, símbolo de su fuerza y conexión con el poder divino. El Mío Cid, con su espada desenvainada y gesto desafiante, enfatiza la representación heroica con tintes épicos. La densidad de la pincelada en los rostros remite a modelos europeos como los retratos de Felipe II y Felipe III, adaptados a un contexto novohispano.

 

Los elementos visuales que se aprecian en las pinturas refuerzan la condición heroica de los personajes: las armaduras ricamente decoradas indican nobleza y valor militar, mientras que los atributos como las armas, los estandartes y los escudos refieren a sus hazañas bélicas. Alejandro Magno aparece con una iconografía cercana a la tradición renacentista, subrayando su imagen como estratega y conquistador de imperios. Nacido en el año 356 a. C., fue un conquistador que formó uno de los más grandes imperios de la historia. Nacido en Macedonia, cuando era un reino al norte de Grecia, hijo del rey Filipo II de Macedonia, heredó el trono de su padre tras su fallecimiento y expandió el territorio hasta el norte de India. Venció al Imperio Persa y conquistó un inmenso territorio que se extendía desde su Grecia natal hasta el norte de la India. Difundió la cultura griega, que fusionaría con las culturas de las regiones sometidas, el lenguaje, la política, el arte, la literatura y la religión.

 

El Mío Cid representa la idealización del caballero cristiano, modelo de virtud y valentía. De nombre Rodrigo Díaz de Vivar (Vivar?, 1048 - Valencia?, 1099), conocido como el Cid Campeador, fue un líder militar castellano que llegó a dominar al frente de su propia mesnada el Levante de la Península Ibérica a finales del siglo XI. Conquistó Valencia y estableció en esta ciudad un señorío independiente desde el 18 de junio de 1094 hasta su muerte. Su esposa, Jimena Díaz, lo heredó y mantuvo hasta 1102, cuando pasó de nuevo a dominio musulmán. Héroe de Castilla y cruzado en favor de la Reconquista, a lo largo de su vida, se puso a las órdenes de diferentes caudillos, tanto cristianos como musulmanes, luchando realmente como su propio amo y por su propio beneficio. Sus gestas y acciones fueron cantadas y relatadas en la literatura española en el denominado “Cantar de mío Cid”. Su nombre, el Campeador, significa experto en batallas campales y su 'el Cid', del árabe dialectal (-sidi-), significa señor.

Las representaciones de héroes grecorromanos y medievales en la pintura virreinal también sirvieron para consolidar la identidad criolla, exaltando modelos de valentía y liderazgo en un contexto de creciente reivindicación de las élites locales.

 

Bibliografía de referencia:
- Burke, Marcus. (2004). "Retratos de poder en la Nueva España". México, INAH.
- Gruzinski, Serge. (1993). "El águila y la Sibila: México barroco". FCE.

- Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec. Inventario de pintura virreinal.
- Toussaint, Manuel. (1965). "Pintura colonial en México". UNAM.