Círculo de Diego Quispe Tito (Cuzco, Perú, 1611 - 1681)
"El bautismo de Cristo"
Óleo sobre tela.
80,5 x 64 cm.
La datación y ubicación geográfica de esta pintura se basa en el estudio de los materiales utilizados, la época, y el estilo cuzqueño nacido a partir del Maestro Quispe Tito como la paleta de colores, la influencia flamenca en el paisaje y la representación de aves locales como loros y guacamayos que encontramos sobrevolando la escena principal. Estos elementos utilizados tan tempranamente en nuestra pintura nos acercan al pincel del maestro, por lo que tuvo que haber sido el artífice de nuestro lienzo alguien muy cercano a Quispe Tito. En las posteriores décadas, la obra y proliferación del taller del maestro alcanzo niveles nunca antes vistos en la pintura de Cuzco.
Esta temprana obra de mediados del siglo XVII está inspirada en uno de los murales de Luis de Riaño del primer tercio del siglo XVII en la Iglesia de AndahuayIillas y en la obra que representa la misma iconografía en la Iglesia de Urcos, realizado por el pintor muralista indígena Diego Cusihuaman.
El bautismo está considerado por las Iglesias cristianas un momento fundamental en la vida del creyente. La celebración de dicho sacramento está plagada de ritos de rico significado espiritual y teológico que ponen de manifiesto la alta consideración que las comunidades de fe han tenido del bautismo a lo largo de la historia del cristianismo. El Bautismo junto con la Eucaristía son tenidos por la Iglesia Católica como los dos sacramentos más importantes, siendo los únicos reconocidos por las Iglesias Reformadas como instituidos por el mismo Cristo. En la lectura cristiana del Antiguo Testamento, el Bautismo y la Eucaristía están prefigurados como imagen o tipo, es decir, como una sombra de las nuevas realidades realizadas por Cristo. Junto con los otros cinco sacramentos forman el canon de los siete, definido por la Iglesia en el Concilio de Florencia y ratificados en el Concilio de Trento.