Atribuido a Juan Rodríguez Juárez (Ciudad de México, 1675 - 1728)
"Piedad"
Óleo sobre cobre. Circa 1702.
26,5 x 19,8 cm.
Juan Rodríguez Juárez cultivó el género retratista y se destacó por la precisión del dibujo, la solidez de las figuras y el tratamiento de las telas. Hijo de Antonio Rodríguez y nieto de José Juárez, gran exponente del barroco novohispano, Juan Rodríguez Juárez se inició muy joven en la pintura y fue contemporáneo de Cristóbal de Villalpando.
Estudió con José de Padilla con quien trabajó en su taller. Junto a su hermano Nicolás, fue precursor del gran cambio en temas, modelos y lenguaje visual, hecho que serviría de puente entre los siglos XVII y XVIII, y que daría lugar a las primeras academias de arte en Nueva España.
Además de ser un gran retratista, creó numerosas obras religiosas. El Museo Nacional de Arte resguarda importantes obras de su autoría, entre las que destacan su Autorretrato y “La virgen del Carmen con santa Teresa y san Juan de la Cruz”. En esta última obra, óleo sobre tela que data de 1708, Rodríguez Juárez exalta a los dos santos reformadores de la orden carmelita: santa Teresa de Ávila, teóloga de la iglesia y fundadora de las carmelitas descalzas, y san Juan de la Cruz, teórico y poeta, autor del célebre Cántico espiritual.
También destacamos el trabajo realizado para el Altar de los Reyes en la Catedral Metropolitana con los temas de La asunción de la Virgen y La adoración de los Reyes.
Centrándonos en nuestra pieza, el cobre que presentamos tiene una calidad extraordinaria, tanto en el dibujo como en el colorido de la paleta cromática seleccionada, siendo en este sentido muy similar y comparable al cobre del Entierro de Cristo que se encuentra expuesto actualmente en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York. Ambas composiciones, que derivan de grabados flamencos, muestran el color brillante y el modelado vigoroso característico de la primera fase de su carrera.
Sin lugar a dudas son de la misma mano y, de hecho, podría formar parte de la misma serie ya que comparten medidas. No es solo la paleta de colores típica del artista lo que comparten, pues las pinceladas, el uso del oro en brocados y aureolas, las carnaciones y la anatomía que utiliza para definir el cuerpo humano son prácticamente idénticos en ambas obras.