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LOTE 20

Escuela Virreinal. Cuzco. Perú. Siglo XVII

Estimación
10.000 € / 18.000 €

Escuela Virreinal. Cuzco. Perú. Siglo XVII

"Virgen de la Merced con San Pedro Nolasco y San Ramón Nonato" 
Óleo sobre tela.

162 x 110 cm.


La presente obra representa a la Virgen de la Merced, una de las advocaciones marianas más veneradas en el mundo hispanoamericano, con particular importancia en el Virreinato del Perú, donde su culto fue promovido por la Orden Mercedaria.

La factura y el estilo de la pintura nos remiten a la escuela cuzqueña del siglo XVII, caracterizada por la estilización de las figuras, el uso de colores terrosos y la preeminencia de formas decorativas de ascendencia indígena, en particular la delicada ejecución de los pliegues de la vestimenta y el tratamiento etéreo de las nubes y querubines que rodean a la Virgen.
La policromía se mantiene dentro de una gama sobria, con predominio de blancos, ocres y rojos, destacando el uso del claroscuro para dotar de volumen a las figuras. Los rostros, de expresión serena, siguen la tradición de la escuela cuzqueña de conferir un aire de solemnidad y misticismo a las imágenes sagradas.
La aplicación de veladuras y los efectos lumínicos en los rostros y manos sugieren la influencia de modelos europeos, posiblemente grabados flamencos o pinturas de la escuela sevillana. La presencia de escudos y atributos mercedarios refuerza su función devocional y su probable origen como encargo de un convento mercedario.

 

Magnífica representación devocional de Nuestra Señora La Virgen de la Merced, ejerciendo lo que ella misma pidió hacer como colaboración a sus fieles seguidores, tres en concreto: a Jaime I el Conquistador, a San Raimundo de Peñafort y a San Pedro Nolasco, a los que se apareció. Y esa petición de colaboración no fue otra que encomendarles la misión de liberar a los cautivos que habían caído en poder de los herejes. Una petición que cristaliza en el inicio de la Orden de los Mercedarios. Conocida también como Nuestra Señora de la Misericordia o Mater Omnium, en España es patrona de los presos e inmigrantes. Y ostenta el Patronazgo de las Instituciones Penitenciarias. 
Aparece con la iconografía que se hizo palpable desde el siglo XVI, hábito mercedario del blanco habitual. Con su gesto, abriendo los brazos, nos atrae a ella: "bajo tu amparo, Señora, nos acogemos Santa Madre de Dios".
 

La devoción a la Virgen de la Merced tuvo un papel relevante en la sociedad virreinal, donde la orden mercedaria desempeñó funciones tanto religiosas como sociales. Su principal misión era la redención de cautivos cristianos en poder de musulmanes, una vocación que adquirió nuevos significados en el contexto americano, donde la Virgen pasó a ser también símbolo de protección para los indígenas y criollos. En el Perú virreinal, la Orden de la Merced tuvo una fuerte presencia en Cuzco, Lima y otras ciudades, lo que explica la proliferación de imágenes devocionales como esta.

Esta obra puede compararse con otras representaciones virreinales de la Virgen de la Merced en Cuzco, Lima y Quito. Su disposición recuerda a imágenes similares del siglo XVII, como las que se conservan en el Convento de la Merced de Cuzco y en la Catedral de Lima. En términos iconográficos, su composición se asemeja a la de otras pinturas de advocaciones protectoras, como la Virgen del Amparo, pero con elementos específicos de la tradición mercedaria.