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LOTE 30

Marcos Zapata Inca (Cuzco, Virreinato del Perú, circa 1710 - 1773)

Estimación
20.000 € / 30.000 €

Marcos Zapata Inca (Cuzco, Virreinato del Perú, circa 1710 - 1773)
“Virgen con Niño en un Trono Alado”
Óleo sobre tela.
100 x 70 cm.

 

Contemplamos, en esta obra, una de tantas representaciones de la iconografía Mariana, una de las diferentes advocaciones de la Virgen en el arte novohispano. 

María, la Madre de Jesús, representada como una diosa madre mediterránea y que en cada rincón del mundo se transforma en su “vera icon” (verdadera imagen). 

Aparece aquí la Virgen con el Niño en su regazo como “Madre De Dios” con la tipología artística de “ Majestad de María”, y con el concepto de “Trono de la Sabiduría”, como“ la Señora”, o como “la que todo lo gobierna” con su cetro y corona de Reina. 

Con manto azul y túnica roja, los colores asociados a los emperadores y emperatrices bizantinos o a la dualidad de la naturaleza de Cristo, dos de los pigmentos más caros que se usaban para conseguir ambos.

Aparece sentada sobre “serafines”, los cubren sus cabezas con “seis alas” para protegerse de la luz de Dios, debido a que lo están acompañando constantemente en su trono (Apocalipsis 4, 8). 

En una hornacina de retablo fingido, con su Hijo sosteniendo el orbe bendiciendo al mundo, muestra toda su Majestad y poder como Reina y Señora de todo lo creado. 

 

De magnífico pincel, dominan los colores ocres y tierra de fondo, muy característicos del arte cuzqueño, su minuciosidad por los detalles (cada estrella o flor de su manto son una joya, al igual que la corona que porta o su cetro) , y la belleza dulzona de esta representación mariana, rodeada por cabezas aladas de querubines, muestra una de las características más influyentes de Marcos Zapata, al que se le atribuye, uno de los últimos autores de la Escuela cuzqueña. 

 

Esta atribución se sustenta en una comparación estilística con obras confirmadas de su autoría, como la famosa serie de “Reyes y Profetas” realizada para la parroquia de Humahuaca, Argentina, y con otra representación de la Virgen entronizada firmada por él presente en el mercado del arte, como son la simetría y el equilibrio en la composición, o la riqueza cromática, los rojos intensos, los azules vibrantes y los dorados decorativos que se encuentran en el manto de la Virgen, que se presenta adornado con motivos estrellados. Estos colores, utilizados con gran habilidad para generar contraste y profundidad, son característicos del taller cuzqueño liderado por Zapata, que se destacó por su capacidad para producir obras de gran calidad técnica y visual.

Por último, los gestos teatrales y las expresiones serenas de la Virgen y el Niño Jesús encuentran paralelismos en las posturas dramáticas de figuras como Daniel o Elías, de la mencionada serie donde la narrativa emocional está diseñada para captar la atención del espectador. 

 

Zapata lideró un taller que no solo satisfacía las demandas locales del Cuzco, sino que también enviaba obras a regiones más lejanas como Chile y Argentina. Estas producciones, marcadas por un lenguaje pictórico coherente y una adaptación a los gustos regionales, consolidaron a Zapata como uno de los pintores más influyentes del Virreinato del Perú en el siglo XVIII y uno de los últimos representantes de la escuela cuzqueña. 
Zapata se especializó en pintura religiosa, y entre los años 1748 y 1764 pintó cerca de 200 obras.
Una de las más importantes, la serie de 24 cuadros dedicados a la vida de San Francisco de Asís que fueron destinadas en 1748 a la orden capuchina de Santiago de Chile.
Más tarde en 1755 pintó 50 telas sobre el tema de la Letanía Laurentina para la Catedral del Cuzco y en 1762 cerca de 73 trabajos para La Compañía en Cuzco.
Su estilo influyó en los artistas de su época, y se caracterizaba por su forma especial de representar a la Virgen rodeada de cabecitas de ángeles. Las composiciones Marianas con sus alegorías le interesaron mucho y parece ser que se inspiró para ello en grabados de Christoph Thomas Scheffler de 1732.
Artistas como Antonio Vilca o Ignacio Chacón continuaron su obra.