Basilio Santa Cruz Pumacallao (Cuzco, Perú, 1635 - 1710)
"Santa María Egipciaca Penitente"
Óleo sobre tela.
121 x 89 cm.
Es muy interesante señalar un detalle de nuestra pintura que la sitúa sin duda geográficamente. Bajo la Santa, al lado de los atributos, encontramos un coco chocolatero peruano. Las características estilísticas nos reiten a la obra del artista cuzqueño Basilio Santa Cruz Pumacallao.
Basilio de Santa Cruz Pumacallao, junto a Diego Quispe Tito, dominó el panorama artístico durante el último cuarto del siglo XVII de la escuela cuzqueña. Su más relevante mecenas fue el Obispo Manuel de Mollinedo y Angulo (1673-1699), clérigo español que arriba a Cuzco en 1673. Junto con José López de los Ríos y Leonardo Torres, creó las iconografías de los Ángeles y los Arcángeles Arcabuceros, tan característicos de la escuela de Cuzco.
Como indica la Real Academia de la Historia, la carrera de Pumacallao "se inició hacia 1661, cuando los franciscanos del Cuzco le encomendaron pintar doce ángeles e igual número de vírgenes para su iglesia, obras perdidas en la actualidad."
En su obra se percibe una fuerte influencia de la pintura española, pues logra fusionar exquisitamente el barroco español con sus orígenes indígenas, dando como resultado el innovador y único estilo mestizo.
Como ilustra Luis Monreal en su “Iconografía del Cristianismo”, Santa María Egipciaca fue una prostituta de Alejandría, que arrepentida, fue penitente del desierto de Transjordania en los Siglos IV y V. Se representa en una cueva, escasamente vestida y adorando el crucifijo, puede confundirse con Santa María Magdalena, pero la característica que permite su identificación son los tres panes que la alimentaron durante muchos años.
Entre las escenas más importantes de su vida en la iconografía, encontramos la escena haciendo la travesía de Alejandría a Jerusalén en un barco, a cuyos marineros se entrega, la escena en la que intenta entrar en la iglesia a adorar a la Santa Cruz, venerando la imagen de la Virgen que le permite el paso, obteniendo tres monedas con las que compra tres panes para ir al desierto, descubierta por el sacerdote Zósimo, quien le ofrece su manto para que se vista, recibiendo la comunión de las manos de Zósimo y éste, por último, enterrando el cadáver de Santa María con la ayuda de un león.
Bibliografía de referencia:
- Wuffarden, Luis Eduardo. (s.f.). "Basilio de Santa Cruz Pumacallao". Real Academia de la Historia: DB-e. https://dbe.rah.es/biografias/54763/basilio-de-santa-cruz-pumacallao
- Monreal y Tejada, Luis. (2000). "Iconografía del Cristianismo". El Acantilado.