Luigi Amidani (Parma, 1591 - después de 1629)
"Martirio de San Matías"
Óleo sobre tela.
206 x 125 cm.
Estamos ante una obra inédita en el mercado del arte. Esta obra de gran formato aparecía ya citada y publicada en 1965, en una revista de arte de Jerez de la Frontera, mismo lugar de la colección privada en la que se encontraba este lienzo junto a otro ("Martirio de San Andrés"), con el que hacía pareja. Entonces era considerado un Luigi Miradori, según otro estudioso (Pérez Sánchez). Y anteriormente, en el siglo XIX, tuvo otras y variadas atribuciones. El profesor Massimo Pullini, para su estudio sobre Amidiani (1591-1629) y su atribución a este pintor barroco italiano ha usado el método de ver y comparar cuantas más obras mejor de muchas pinacotecas mundiales, catedrales, colecciones privadas, junto a la recopilación de todos los escritos y estudios relativos a este pintor parmesano hechos hasta entonces, y opiniones de eruditos y cuidadores de pinacotecas tales como el mismísimo Louvre.
Para su estudio riguroso observó y contempló a fondo toda la producción de Amidani que existía en España (la denominada “etapa ibérica” del pintor en la que despegó libremente dejando de ser un mero copista): por un lado, una serie de diez pequeños cuadros (0,43 x 0,35 cm) que representaban los “Martirios de los Apóstoles”, y que se encontraban en la Real Academia de San Fernando procedentes del noviciado de los jesuitas de Sevilla, (atribuidos entonces a Tintoretto) y que estaban en dicha Academia ya antes de 1796 (traídos por Ponz); atribución que cambia en 1804, en el Inventario de Alhajas, y pasa a ser del cordobés Pablo de Céspedes, tal como se anota entonces a tinta en el reverso de los marcos. Esta autoría incierta se mantuvo a lo largo del siglo XIX, hasta que fue modificada por Alfonso Pérez Sánchez en el inventario de 1963/64 donde, con dudas, propuso como autor a Luigi Miradori. Massimo Pullini ya en el siglo XXI (2020) discute las autorías anteriores y reconoce en la mayoría de esta pequeña serie la mano del pintor barroco italiano, quien acompañó a Velázquez en su primer viaje a Italia. Además, Luigi fue discípulo predilecto de Bartolomé Schedoni, pintor vinculado a los Farnese que tuvo, a su vez, una estrecha relación con Velázquez con motivo de ese primer viaje a Italia. Algunos de estos cuadros de pequeño formato, y que estuvieron siempre a la vista de alumnos y profesores en la Academia, sirvieron de inspiración para obras posteriores. Massimo, por otro lado, también estudió los restos de lo que pudiera ser otra serie de igual asunto (martirios de apóstoles) y formato mayor, en España y en otras pinacotecas del mundo, a la que pertenecerían los martirios de san Pedro y de san Pablo del Museo de Bellas Artes de Valencia, y los de san Andrés y san Matías de una colección particular de Jerez de la Frontera, (uno de ellos, la obra que comentamos).
En el cuadro de pequeño formato “el Martirio de San Matías”, el santo aparece tumbado y vestido, siendo apedreado por los sayones con saña. En la obra de gran formato de este catálogo aparece semidesnudo, al estilo de san Andrés, san Juan, san Judas Tadeo, san Bartolomé…, con torsos al aire y cubiertos por peplos o restos de túnicas o ropas desgarradas y colgantes. El profesor M. Pullini observa morfologías y expresiones de las figuras similares a los de gran formato de Jerez de la Frontera, rostros “que bien pueden definirse como neogóticos, llenos de una dureza que por momentos roza lo grotesco”. En este gran lienzo el santo aparece siendo desnudado entre dos soldados, y en primer plano, de rodillas, el que anuncia el método de martirio, al portar una cesta llena de piedras. La tradición narra que fue apedreado en Judea hacia el año 80, tras ser condenado a muerte por el Sumo Sacerdote, y más tarde decapitado con un hacha por haberse opuesto al César.
No pierde valentía ni fuerza su rostro, que pese a intuir que va a morir, mira con la fortaleza de Aquél que lo llena de su verdad. Su gran formato vertical tuvo que ser, seguramente, para completar la colección pictórica de alguna capilla o iglesia. Crudeza en las imágenes, pronunciados escorzos, y violentos efectos de luz hacen recordar mucho a las influencias ejercidas por el maestro Caravaggio, y su estilo maduro y esos bruscos contrastes cromáticos, muy de la influencia de Ribera.
De esta misma serie de gran formato podrían proceder, además, otros dos lienzos estudiados también por Massimo, ahora fuera de España: la llamada “Lapidación de un apóstol” del mercado anticuario londinense y el “Martirio de san Pablo” del Palacio de WeiBenstein en Pommer sfelden (Alemania).
Bibliografía de referencia:
- Luzón Nogué, José María (ed.) (2022). "Velázquez en Italia. Entre Luigi Amidani y Juan de Córdoba". Madrid: Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
- Pulini, Massimo (Noviembre de 2020). “Luigi Amidani da Parma a Madrid, da pittore dei Farnese a ‘confidente’ di Velázquez”. About Art On Line.
- VV. AA. (2000). Corpus velazqueño. Documentos y textos, 2 vols., bajo la dirección de J. M. Pita Andrade. Madrid.