Juan Correa (Ciudad de México, 1646 - 1716)
"El indio Juan Diego presentando la Virgen de Guadalupe al obispo de México Juan de Zumárraga"
Óleo sobre tela. Firmado y situado en México.
28 x 64 cm.
Es muy interesante señalar que, en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid, procedente del Convento de San Francisco de la misma ciudad, se conserva una importante obra firmada como la nuestra por Juan Correa, y que también representa la historia de la aparición de la Virgen de Guadalupe, no sólo el momento de la presentación al obispo Zumárraga como en nuestra pintura, si no con varias escenas rodeando la imagen de la Virgen. (Nº de inventario: CE1679).
Juan Correa está considerado como el principal pintor de finales del siglo XVII en México. Hijo de un famoso cirujano español y de una mujer negra liberada, Correa fue uno de los pocos pintores mestizos que alcanzaron la fama en su época. (El arte de la pintura se consideraba generalmente competencia de los maestros blancos o españoles). Sus dos lienzos de tamaño mural para la sacristía de la catedral de Ciudad de México (1691-98), por ejemplo, se consideran obras maestras del barroco mexicano”.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia de México lo define como "de los principales exponentes del Barroco en México, cuyas obras se caracterizan por su suntuosidad, detallismo y los tonos dorados".
Sus orígenes estaban presentes en sus creaciones, "ya que su padre era un hombre de ascendencia africana y española [y] Juan Correa fue el primero en pintar ángeles con tonos de piel negra o parda y a la Virgen de tez morena", hecho que "se convertiría en una marca inconfundible en sus creaciones".
De entre su extensa obra, destacamos "La coronación de la Virgen" en el Museo Nacional de las Intervenciones, una de sus obras cumbres, y la "Expulsión del Paraíso", en el Museo Nacional del Virreinato.
Nuestra Señora de Guadalupe, venerada en México con grandísima devoción, es patrona de este país y la virgen más importante de América. A pesar de que la Guadalupana extremeña acompañara a los conquistadores en su gran aventura al nuevo mundo, la virgen mexicana tiene sus propios orígenes. Tanto la tradición oral como la documentación histórica, el Nican Mopohua en particular, narran los diferentes milagros y apariciones de esta virgen al indio bautizado con el nombre de Juan Diego (1474-1548) en el cerro de Tepeyac en 1531.
Según la leyenda, cuatro fueron las apariciones de la guadalupana: En la primera, la virgen le encomienda a Juan Diego que fuera a ver al obispo Fray Juan de Zumárraga, y le hiciera saber su voluntad de que erigiera un templo en su honor en el lugar de su aparición. Juan Diego obedeció pero el obispo no le creyó. En la segunda aparición, Juan Diego le cuenta lo ocurrido y ruega a la virgen que se sirviera de otro mensajero pues él era tan solo un pobre indio. La virgen le dice que era preciso que fuera él y que volviera donde el obispo y le repitiera el mensaje. Monseñor Zumárraga le pide que le lleve una señal para tener la certeza de que era “la señora del cielo” de quien se trataba. En la tercera aparición la virgen le pide al indio que subiera al cerro y cortara las flores que allí encontraría. Juan Diego sabía que en ese cerro no se daba ninguna clase de flores, y menos en el mes de diciembre, pero encontró la cumbre convertida en un jardín florido. Recortó las flores y se las llevó a la virgen en su ayate (túnica). La Señora de Guadalupe le mandó que volviera donde el Señor Obispo, le contara dónde había cogido las flores y le indicara que era esa la señal de que la Virgen María le mandaba construirle un templo. En la cuarta aparición, el día 12 de diciembre, Juan Diego le contó todo lo sucedido al obispo y al extender su ayate, se esparcieron por el suelo todas las rosas y apareció milagrosamente impresa en él la imagen de la Virgen Madre de Dios. Tras este suceso se construyó la Iglesia y esta asombrosa imagen es, según la tradición, la que celosamente custodia la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe.
A raíz de este acontecimiento, el culto guadalupano adquiere enorme protagonismo -especialmente dentro del sector indígena- convirtiéndose en uno de los más arraigados de México y parte de su seña de identidad. No es de extrañar que pronto los devotos mexicanos quisieran poseer una copia de esta imagen milagrosa, por lo que proliferan sus representaciones y los artistas dedicados a recrearla. La fama de esta virgen se hizo pronto universal, alcanzando gran veneración en toda Europa, especialmente en España.
Esta virgen de Guadalupe es una representación fiel del original con las sutiles particularidades que puede otorgarle cada artista. La bella Virgen de Tepeyac se presenta de pie, coronada y rodeada por una mandorla de rayos solares entre un cúmulo de nubes. Se asienta sobre una luna en cuarto creciente con las puntas hacia arriba, sostenida por un ángel con alas de águila de colores. Muestra a una mujer joven, de rostro sereno y mirada baja que refleja amor, ternura y respeto. Con la rodilla ligeramente flexionada une sus manos en oración a la manera occidental. Viste túnica rosa ornamentada con elementos florales y manto azul decorado con estrellas que le cubre también la cabeza. Sobre su vientre porta una cinta como hacían las mujeres aztecas durante sus embarazos, por lo que nos anuncia que es una mujer gestante. El tipo iconográfico deriva claramente del de la Inmaculada Concepción.
Procedencia:
- Antigua colección Pedro Vindel.
Pedro Vindel fue un librero anticuario conquense, como informa la Real Academia de la Historia, “el que llegó a ser el primer librero anticuario español de su época”, con una de las colecciones más importantes de libros de horas. Tal como sigue la RAH, “Pedro Vindel, al estilo de los grandes libreros europeos, publicó sus catálogos desde 1895, y organizó varias subastas de libros, en locales por él alquilados, como la de 1913, cuyo catálogo hizo imprimir. También fue quien inició en España lo que él denominó la “bibliografía gráfica”, al incluir en sus catálogos […] reproducciones fotolitográficas de las portadas u otros elementos de los libros”.
Para más información, recomendamos la lectura de “Pedro Vindel: Historia de una librería (1865-1921)”, de Pavl Cid Noé.
Bibliografía de referencia:
- Toussaint, M. Pintura colonial en México. Instituto de Investigaciones estéticas. Universidad Nacional Autónoma de México. México, 1965.
- Vargas Lugo, E. “El indio que tenia “el don”…” en Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas, nº 86, 2005.
- Sánchez Mariana, Manuel. (s.f.). "Pedro Vindel Álvarez". https://dbe.rah.es/biografias/67005/pedro-vindel-alvarez
- Mediateca Instituto Nacional de Antropología e Historia. (19 de octubre de 2020). "Juan Correa". https://mediateca.inah.gob.mx/repositorio/node/5231
- Mediateca Instituto Nacional de Antropología e Historia. (22 de enero de 2022). "Juan Correa, pintor novohispano afrodescendiente". https://mediateca.inah.gob.mx/islandora_74/node/5383