Andrés Marzo (¿Calatayud?, circa 1605 - Valencia, circa 1671) 

“Caprichos arquitectónicos” 

Pareja de óleos sobre tela. Uno de ellos firmado. 

123 x 184 cm cada uno.

Magnífica pareja de tamaño excepcional con caprichos arquitectónicos, uno con la escena de “El Martirio de San Lorenzo”, y el otro con “El Rapto de las Sabinas”. Dos caprichos que se convierten en dos fábricas clásicas inspiradas en la antigüedad, con templos, columnatas, pabellones, arcadas, jardines, paisajes y calles, bustos y figuras clásicas con motivos arcaizantes. Dos escenografías arquitectónicas no sólo con un claro aspecto decorativo, sino con la utilidad de ser la “compositio loci” donde transcurren una escena exterior, de carácter religiosa, y otra interior de mitología clásica. 

Andrés Marzo es un autor con cierto misterio con respecto a su obra, que es desconocida, “pues lo que subsistía de su mano fue destruido en 1936”, afirma el Museo del Prado.  

De las pocas informaciones que existen del pintor barroco español activo en Valencia, dicen que por tradición valenciana es un discípulo de Ribalta. Así lo afirma el pintor historiador, coleccionista y crítico de arte Ceán Bermúdez, siguiendo a Marcos Antonio de Orellana, jurista y erudito valenciano. Aun así, son muchos los años que separan la muerte del maestro de la única obra firmada que, durante mucho tiempo, se ha conocido de Marzo: el dibujo —grabado por José Caudí— para el frontispicio de Solenes fiestas, que celebró Valencia. Tal como afirman en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, “inventó y dibujó el año de 1662 la portada del libro de las fiestas que celebró entonces aquella ciudad al misterio de la [Inmaculada] Concepción de [la Virgen] nuestra Señora con motivo del breve de Alejandro VII, expedido el año anterior, escrito por don Juan Bautista de Valda, y publicado en el de 63”, impreso por Jerónimo Villagrasa en Valencia.  

El preparatorio para el grabado de la portada, agua parda y pluma sobre papel verjurado, se conserva en el Museo del Prado (D003049). Como informa el mismo museo, “otro dibujo análogo se guarda en el Museo de Valencia. 

Sigue la RABASF informando que se le atribuían “el cuadro de san Antonio de Padua, que está en la parroquia de santa Cruz, y otro san Antonio en la de santa Catalina” de Valencia. Estos y otros trabajos de Marzo, desgraciadamente, no se han conservado. 

Pero la aparición en el comercio del arte en 2019 de estos dos caprichos arquitectónicos, uno de ellos firmados, revalorizó muy al alza la importancia de este pintor. También la recuperación en los depósitos del Museo de Bellas Artes de Valencia de un también firmado San Martín que, en antiguos inventarios, se citaba como pareja de un San Jorge perdido, ambos como caballeros. La presencia y aparición de estas obras proporcionan las primeras muestras seguras de su pintura al tiempo que abren el punto de vista que sobre ella cabía formarse, pues si el San Martín no parece desmentir la formación ribaltesca en iluminación y tipos humanos, estos caprichos arquitectónicos se inscriben en un género con el que no se le había relacionado por las fuentes y dan entrada a nuevas y más avanzadas influencias. 

En la escena religiosa contemplamos el martirio y muerte en Roma de San Lorenzo el 10 de agosto del año 258 dC, durante la persecución contra los cristianos desatada por el emperador Valeriano, quien le exige que entregue los bienes de la Iglesia que se le han confiado, esperando recibir riquezas, oro y fortuna. El diácono, sin embargo, le muestra sólo los pobres y enfermos que atendía, como única riqueza. El emperador Valeriano, sentado en un estrado con columnata a la derecha, irritado por lo que ve, manda a torturarlo cruelmente asándolo sobre una parrilla. El cielo recibe su alma: un ángel de luz lo espera con la palma del martirio y la corona de gloria.  

La escena del rapto de las Sabinas, según el historiador romano Tito Livio (59 a. C.- 17 d. C), se produjo en la historia temprana de Roma, poco después de su fundación, a mediados del siglo VIII a. C., y fue perpetrada por Rómulo y sus seguidores, predominantemente varones; se dice que su preocupación era que con pocas mujeres no habría posibilidad de mantener la población de la ciudad, y Roma no podría durar más de una generación. Por eso salieron de dicha ciudad en busca de esposas con las que establecer familias. Ante la negativa de los sabinos de ceder a sus mujeres como esposas de los romanos, éstos idearon un plan para raptar a las mujeres sabinas durante la fiesta de Neptuno, quien aparece en el nicho u hornacina central del interior del templo de esta obra.  

Presentamos, pues, dos piezas muy especiales, que cautivan por su singularidad y encanto, por su importancia histórica e iconográfica al aparecer uno de ellos firmado, y fundamentar el rigor y las características de un pintor casi desconocido para la pintura barroca española del siglo XVII.  

Obra referenciada y reproducida en: 

- Marco García, Víctor. Pintura barroca en Valencia [1600-1730]. Centro de Estudios Europa Hispánica. Páginas 205-206, 411-412. Fig 87 cat, nº 1 y cat nº 2. Madrid. 2021. 

Bibliografía de referencia: 

- Museo del Prado. (s.f.). “El papa Alejandro VII, dando el Breve del Misterio de la Concepción”. https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/el-papa-alejandro-vii-dando-el-breve-del-misterio/97f134a2-58c7-4207-b7d7-7ae3ff75525b 

- Diccionario [Interactivo] Ceán Bermúdez. (s.f.). “Marzo, Andrés”. Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. https://ceanbermudez.es/wiki/Marzo,_Andr%C3%A9s