Atribuido a Cristóbal de Villalpando (¿Ciudad de México?, 1649 - México, 1714)
"San Juan Evangelista"
Óleo sobre tela. 195,5 x 129 cm.
Cristóbal de Villalpando es junto a Juan Correa, el artista más importante en Nueva España en el último cuarto del siglo XVII. Acometió dos de los conjuntos artísticos más importantes: los grandes lienzos alegóricos de la Catedral metropolitana de Ciudad de México y de la Catedral de Puebla, donde incluso pinta la cúpula.
Su estilo es muy personal; combina un colorido ácido y tornasolado con tonos casi metálicos con pliegues muy nerviosos en ropajes y carnaciones con reflejos azulados, todo ello de un espíritu manierista que puede recordar por coincidencia a artistas del Norte de Europa. Sus composiciones están inspiradas en fuentes muy eclécticas acordes a su intencionalidad iconográfica, estampas de Rubens y modelos barrocos peninsulares como Carreño de Miranda y Francisco Rizzi de quien llega a versionar una Inmaculada famosa y de quien también toma el colorido jugoso y vibrante.
Esta obra debe ser un cuadro de altar por su gran tamaño y monumentalidad. En ella se representa a San Juan escribiendo su evangelio y más concretamente el inicio del capítulo uno de la Pasión con la descripción del pasaje cuando Longinos atraviesa el costado de Jesucristo con la lanza y mana sangre y agua.
El modelo facial del santo es el mismo del Sumo Sacerdote de Los Desposorios de la Virgen de la Catedral de Jaén (fig. 1), tema que aborda Villalpando en otras ocasiones utilizando siempre el modelo potente de barba poblada.
Asimismo son característicos el tratamiento de los pliegues del manto y de la túnica del típico verde y rojo que utiliza siempre. El tratamiento de las hojas del árbol es también muy comparable al de obras como el “San Francisco orando en el desierto” del Museo Nacional de la Intervenciones de Ciudad de México.
La obra se puede fechar entre 1700 y 1714, período al que pertenece la mencionada de la Catedral de Jaén.
Procedencia:
Colección privada Hillsborough USA.