Antonio Vázquez (¿Ávila?, circa 1485 – ?, 1563 post.)
"San Sebastián y San Roque"
Óleo sobre tabla. Circa 1540 - 1545.
95,5 x 69 cm.
Se adjunta certificado de Doña Isabel Mateo, en el que la profesora explica que “la atribución de esta talla a Antonio Vázquez viene sustentada porque en ella se repiten las características del pintor en otras obras suyas documentadas: indumentarias, paisaje, modelos y <<oreja>>, abriéndose paso de frente entre el cabello.” Más concretamente, sigue Mateo, “un precedente de esta tabla lo hallamos en dos tablas de Antonio Vázquez, representando a San Roque y San Sebastián, en el Wellcome Institute for History of Medicine, de Londres (fig. 2)". Asimismo, “el tratamiento del cabello del San Sebastián lo repite Antonio Vázquez en la cabeza del Niño Jesús, y del rey mago, en la Epifanía del desmembrado retablo de la iglesia de Valdenebros de los Valles (Valladolid) (fig. 5), y en el San José de la Presentación del Niño en el Templo, del Museo Nacional de Escultura, de Valladolid (figs. 6-7). El rostro de San José recuerda el de San Roque, de la tabla [que nos ocupa], y los del Niño y la Virgen, al de San Sebastián”. “Queremos relacionar con el rostro del San Roque (fig. 1), el expresivo rostro de dolor, en labios y dibujo de ojos, de la Virgen de la Crucifixión (fig. 13), que se encuentra en el Museo Nacional de Escultura, de Valladolid.” Para más información, consultar el certificado que se adjunta.
Antonio Vázquez fue un pintor prolífico, solicitado y con un estilo fácilmente identificable. Como nos indica el doctor en Historia del Arte, D. Javier Baladrón, en su blog “Arte en Valladolid”, “no cabe duda que Antonio Vázquez es, además de un buen pintor […], miembro muy importante en el gremio de pintores vallisoletanos de la primera mitad del siglo XVI”. Su longevidad —se sabe que vivió al menos 80 años— y la buena acogida de entre sus coetáneos, explican su fecundidad creadora, que sigue sorprendiéndonos a día de hoy, pues “en los últimos años ha habido nuevos, y casi continuos, hallazgos de nuevas obras atribuidas a” nuestro pintor. De hecho, sigue Baladrón, dicha abundancia creativa confirman la existencia de un “importante taller, floreciente y activo, en el cual le ayudarían su cuñado Gregorio de Ribera y su hijo Jerónimo Vázquez”.
Como se informa en su biografía de la Real Academia de la Historia, “a pesar de tener muchas pinturas, sólo están documentadas dos: su colaboración en el retablo de Pozuelo de la Orden (Valladolid), hoy en San Isidoro de León (1528-1531), en el que trabaja junto a Lorenzo de Ávila y Andrés de Melgar, y el retablo de Isabel Hernández de Alderete en la iglesia de Simancas (Valladolid) (1536)”.
Por lo que a su estilo se refiere, no se advierte una gran evolución durante su larga trayectoria, manteniendo siempre un “estilo idóneo para realizar una pintura devocional para el gran público castellano del siglo XVI, sin grandes preocupaciones conceptuales”, como se afirma en su biografía. Con características del tardo-gótico y del alto Renacimiento, “mezcla en sus obras el realismo de Pedro Berruguete y el idealismo de Juan de Borgoña” apunta el Dr. Baladrón.
Destacan sus tipos dulces, equilibrados y fácilmente identificables, su sencillez y claridad narrativa, sus paisajes serenos y flamenquizantes y su brillante colorido. En definitiva, concluye Baladrón “el carácter primitivo y el sentido ingenuista de sus composiciones otorga a sus obras un encanto especial, una delicadeza y primor sumamente característicos del pintor”, siendo “sin duda el pintor más activo en Valladolid en el segundo cuarto del siglo XVI”.
Bibliografía de referencia:
- Baladrón, Javier. (4 de octubre de 2015). “El pintor Antonio Vázquez (ca.1485-1563), el astro de la pintura vallisoletana de la primera mitad del siglo XVI”. “Arte en Valladolid”. http://artevalladolid.blogspot.com/2015/10/antonio-vazquez-el-astro-de-la-pintura.html
- Parrado del Olmo, Jesús María. (s.f.). “Antonio Vázquez”. Real Academia de la Historia. https://dbe.rah.es/biografias/39204/antonio-vazquez